Un trabajo de tipo universitario no es una redacción en la que desarrollamos vagamente algunas de nuestras ideas. Es la elaboración de unos contenidos concretos, basados en las fuentes que hemos consultado.
Todo el proceso de investigación se asienta en avances sucesivos que se apoyan en investigaciones anteriores. Un trabajo que no se base en ninguna fuente probablemente carecerá de rigor.
La bibliografía, que debe acompañar cualquier trabajo, es la recopilación de nuestras fuentes principales: los libros que hemos leído, los documentos que hemos utilizado. La bibliografía debe ajustarse a uno de los distintos formatos disponibles (podemos encontrar aquí y aquí algunos ejemplos) y debe citar documentos concretos, no limitarse a indicar páginas web de tipo general. Tu profesor te dirá qué formato prefiere, pero o te permitirá elegirlo a ti, pero lo más importante es que este sea coherente.
Incluir una bibliografía en nuestros trabajos exige un seguimiento estricto y minucioso de los documentos que consultamos, pues luego no valdrá con limitarnos incluir una dirección de tipo www.***.com para señalar vagamente que hemos navegado algún tiempo por esa página, sino que deberemos indicar expresamente cuáles de los documentos que se encuentran alojados en ella hemos utilizado.
Además de incluirlos en la bibliografía, para apoyar nuestros argumentos podemos citar algunos de los documentos en los que nos hemos basado. Las citas deben guardar una proporción con la longitud y el contenido del trabajo y no ser excesivamente largas por principio. Cada cita debe ir claramente identificada como tal (por ejemplo, separada del resto del texto por comillas o por un sangrado especial), de modo que se puedan diferenciar a primera vista las partes del texto que hemos escrito nosotros y las partes que deben ser atribuidas a otro autor. Además, debe ir acompañada de la referencia bibliográfica correspondiente, para que el lector sepa de qué fuente procede.
A no ser que se indique expresamente lo contrario, TODO el material que podemos encontrar en internet (incluidas las imágenes) está protegido por las leyes de propiedad intelectual y solo es posible utilizarlo y reproducirlo en breves extractos y citando la fuente.
Por lo tanto, el procedimiento que consiste en copiar y pegar una cita sin identificarla y sin acompañarla de la referencia bibliográfica correspondiente recibe el nombre de plagio y es contrario a las leyes sobre la propiedad intelectual. La mayor parte de las universidades sancionan gravemente este tipo de prácticas. Por ejemplo, aquí hay algunos ejemplos prácticos de la universidad de Oxford.